Stephanie Trunzo, Senior Vice President y GM, Oracle Health | 9 de febrero de 2023
Los productos mostrados son ejemplos de lo que se ha proporcionado en casos específicos. Cada producto o dispositivo médico está diseñado para cumplir con las normativas de la geografía donde se utiliza. Sin embargo, no podemos garantizar su disponibilidad o cumplimiento en otras regiones específicas. Las adaptaciones locales pueden ser necesarias para satisfacer los requisitos regionales.
En la mayoría de los sectores, es posible "seguir el camino del dinero" para identificar formas de mejorar la eficiencia y áreas de innovación. En el sector de atención a la salud, no obstante, seguir al dinero no nos conduce siempre a las respuestas correctas o a las más adecuadas. De lo contrario, seguir el camino del dinero es un síntoma de un sistema que se ha desarrollado durante décadas como un sistema "transaccional". Es necesario cambiar el paradigma típico de la transformación, liderar con la innovación y luchar por lo que resulte más beneficioso para las personas, ya que solamente así conseguiremos alcanzar el beneficio económico que pretendemos alcanzar en última instancia.
Ya sea un paciente frustrado que no puede acceder a su historia clínica o un médico agotado que dedica más tiempo a tareas administrativas que a atender a sus pacientes, las personas terminan viviendo una experiencia clínica complicada y molesta, que además no responde plenamente a sus necesidades concretas.
Mientras continuamos recuperándonos de los desafíos y los extraordinarios retos de los últimos años, se presenta ahora la oportunidad de aprovechar el potencial y luchar por una etapa de crecimiento y cambio. La pandemia de COVID-19 nos enseñó que no solo podemos hacer frente a una crisis, sino que también debemos invertir en la innovación de los datos para ofrecer a la población un futuro más saludable.
Para tener éxito, el sector de la salud debe aprovechar las lecciones aprendidas en los últimos años y dar prioridad a la experiencia humana, reconociendo los retos que plantea el sistema de salud actual. Para garantizar un futuro más saludable, el dinero debe seguir a la innovación y no al revés, pero, ¿cómo lo logramos? Para ello necesitamos la colaboración del sector para hacer uso de tecnologías que estén centradas en el ser humano y tecnologías potenciadas por los datos que estén interconectadas y sean accesibles y utilizables por los consumidores y los médicos en todo el proceso asistencial de cuidados.
La tecnología puede ser y será, sin duda, un acelerador que nos ayude a cambiar la imagen de la atención a la salud. Sin embargo, por sí sola no resolverá los retos que plantea el intercambio inteligente y seguro de datos y el cambio de actitudes y paradigmas actuales. Las soluciones reales requerirán la colaboración de muchas partes involucradas en materia de políticas, procesos, normas y acuerdos de cooperación.
Si se está preguntando "¿quién ganará la carrera tecnológica?", realmente se equivoca de pregunta. En su lugar, todo el mundo debería preguntarse: "¿cómo podemos cambiar los resultados en materia de salud?"
Los sectores financiero, hotelero y de comercio minorista han avanzado mucho en la optimización de todo el recorrido del consumidor mediante la integración de tecnologías que sitúan las preferencias y recomendaciones de estos consumidores en el primer plano de la experiencia de los usuarios. Entonces, ¿por qué el sector de la salud, en el que la experiencia del usuario y los resultados pueden realmente acarrear consecuencias de vida o muerte, se ha quedado rezagado?
Los hospitales suelen dudar a la hora de compartir datos sobre tratamientos con otros centros de investigación y existen compartimentos de información incluso entre departamentos de una misma organización. Por ejemplo, es posible que el departamento de radiología y un centro de fisioterapia ambulatoria del mismo sistema hospitalario no intercambien datos. Podemos imaginar el efecto dominó que esta falta de datos interoperables y colaborativos puede tener sobre la atención al paciente dentro de una misma organización, así como entre organizaciones de distintos sistemas. Si no se conoce al paciente de una manera integral (su historia clínica, medicamentos, intervenciones quirúrgicas o procedimientos, circunstancias personales tales como los ingresos y el estado civil), no se tendrán en cuenta factores críticos durante el diagnóstico y el tratamiento, algo que, en última instancia, puede dar lugar a una mala práctica clínica y a malos resultados.
Con el objetivo común de mejorar la salud y el bienestar de las personas y las comunidades, debemos centrar nuestros esfuerzos en la colaboración y no en la competencia. En los peores días de la pandemia, trabajamos de forma conjunta con las industrias del sector para rastrear, contener, comprender y tratar un virus mortal que se propagó y evolucionó muy rápidamente. Nuestra voluntad de compartir información y recursos también nos ayudó a desarrollar y distribuir vacunas más rápido de lo que nadie hubiera imaginado. Un gran ejemplo del poder de la colaboración en Estados Unidos es el Consorcio para la Seguridad de la Medicina Hospitalaria de Michigan, que puso en marcha una base de datos estatal para hacer un seguimiento de las hospitalizaciones por COVID-19 e identificar importantes factores de riesgo de enfermedad grave apenas un mes después del primer caso documentado en Michigan. El resultado fue una calculadora de riesgos a disposición del público que ayudaba a los médicos a estimar el riesgo de los pacientes caso por caso. Del mismo modo, otros sistemas de salud de todo el país también se unieron para combatir la emergencia de salud pública.
Prevenir complicaciones, evitar ingresos hospitalarios y reducir los cuidados innecesarios también nos ahorra dinero. A la larga, las Iniciativas de calidad colaborativa de Michigan han ahorrado unos 1400 millones de dólares en materia de costes de la atención a la salud. Según un estudio realizado por la Corporación RAND, los costes de los cuidados en Michigan están entre los más bajos del país. Otros estados, como Illinois y Wisconsin, han adoptado ya este planteamiento para mejorar los cuidados y reducir los costes de una manera similar.
Durante una presentación en Oracle CloudWorld, el Presidente y Director de Tecnología de Oracle, Larry Ellison, hizo hincapié en que mejorar la conectividad de los sistemas de salud, la automatización y, en última instancia, los resultados de salud de los pacientes es un reto mucho mayor del que cualquier organización puede asumir por sí sola. “Tenemos que crear una plataforma, no solo una aplicación de atención a la salud o una serie de aplicaciones de atención a la salud", afirmó. “Podemos crear varias. Pero tenemos que crear una plataforma abierta con la que otros puedan innovar y conectar su propia tecnología”.
Mediante la creación de soluciones abiertas, como arquitecturas extensibles y tecnologías que favorezcan la interoperabilidad, los profesionales asistenciales se benefician del intercambio de información para ofrecer unos mejores cuidados asistenciales. Los datos deben fluir sin problemas entre consumidores, proveedores, pagadores y organizaciones de salud pública de manera significativa para garantizar un acceso fácil, seguro y de calidad a los historiales médicos, resúmenes de tratamientos, factores de riesgo, determinantes de salud y facturas, según se considere necesario. FHIR está avanzando para revolucionar estos aspectos críticos del intercambio de información de la salud y mejorar la interoperabilidad.
Fomentar diferentes formas de establecer alianzas puede promover un ecosistema que resuelva de manera colectiva el problema de la atención a la salud. La colaboración también ayuda a ampliar la base de clientes de las organizaciones colaboradoras, puesto que cada una puede aprovechar los conocimientos técnicos de sus socios. Se suele considerar que la competencia es la mejor manera de ofrecer mejores cuidados a un menor costo. Sin embargo, estos ejemplos demuestran que, para alcanzar este objetivo, la colaboración es un elemento primordial y fundamental para poder avanzar.
Desde el uso de portales del paciente hasta herramientas móviles de comunicación para el equipo de cuidados, cuando la tecnología se centra en el ser humano, se basa en los datos y funciona de una manera ágil, puede ayudar a las organizaciones de atención a la salud a mejorar la colaboración, reducir los costos y a crear una experiencia más compasiva, integral, equitativa y sostenible.
A pesar de las innumerables ventajas de la modernización digital, la inversión inicial de tiempo y dinero puede resultar desalentadora. Es fácil entender por qué una empresa puede verse tentada a quedarse con su arquitectura más antigua y ya establecida. Este no es un reto exclusivo de la atención a la salud. Modernizarse, por no hablar de innovar, es una decisión compleja y ambiciosa para cualquier organización. Sin embargo, cuando una organización depende de sistemas heredados, sus pacientes, profesionales clínicos y pagadores pueden sufrir bloqueos tales como:
La decisión de mejorar y desarrollar los sistemas de registro no es cuestión de si va a suceder, sino de cuándo va a suceder. Muchas organizaciones de salud se encuentran al borde de tomar estas decisiones, puesto que evalúan constantemente el uso de una tecnología frágil y muchas veces con falta de asistencia técnica, un personal con nociones desfasadas debido a unos conocimientos ya obsoletos, además de enfrentarse a la necesidad constante de atraer, retener y atender a su población de pacientes de distintas formas. Nuestro objetivo es trabajar hacia el futuro con el menor impacto posible en las operaciones actuales del sistema de salud.
Mientras nos esforzamos por hacer que el ser humano sea el centro de la atención a la salud, ¿cómo podemos ser innovadores y eficientes al mismo tiempo que abordamos los problemas prácticos asociados a los costos?
Muchas organizaciones de atención a la salud operan de forma bimodal, con tensiones entre los sistemas de registro -una única fuente de verdad históricamente heredada y difícil de cambiar- y los sistemas de interacción, que son aplicaciones más centradas en el cliente y más fáciles de cambiar.
Por el contrario, las estrategias trimodales permiten a las organizaciones integrar y mejorar sus procesos internos (sistemas de registro) y ofertas digitales centradas en las personas (sistemas de compromiso), al mismo tiempo que mejoran los sistemas de inteligencia integrados con IA.
Si integramos en nuestros procesos un enfoque trimodal para mejorar el sector de la salud, seremos capaces de:
Mediante la colaboración y el uso de la tecnología centrada en los seres humanos, contamos con una oportunidad increíble para mejorar la salud y el bienestar de las personas y las comunidades. Si optamos por dar prioridad a aquello que resulta más beneficioso para las personas en lugar de simplemente seguir el camino del dinero, podremos proporcionar una atención a la salud más ágil, transparente y basada en datos. La unión del potencial intelectual y tecnológico puede tener un mayor impacto en el cambio que otros agentes concretos. Este principio es válido tanto en los servicios financieros como en sectores como la educación o la atención a la salud. Podemos promover una innovación que cambie el statu quo y proporcione una atención asequible, eficiente y optimizada para todos.
Con el conjunto completo de aplicaciones clínicas y empresariales integradas, Oracle Health impulsa un tipo de innovación que va más allá de la historia clínica electrónica. Nos comprometemos a colaborar en todo el ecosistema con los profesionales asistenciales de atención a la salud, los principales proveedores de sistemas tecnológicos, los proveedores de software independientes, los investigadores, las empresas farmacéuticas, los gobiernos y las organizaciones mundiales. Juntos, pretendemos aprovechar la infraestructura, las funcionalidades habilitadas para la nube, las innovadoras experiencias para los usuarios y los sistemas de inteligencia para ayudar a mejorar la atención a la salud a escala mundial.