Margaret Lindquist | Estratega de contenidos | 8 de enero de 2024
A pesar de la escasez de mano de obra, las continuas interrupciones de la cadena de suministro y la demanda siempre fluctuante, el sector industrial está en una posición ventajosa. La fabricación de productos industriales, una categoría que incluye aviones, automóviles, productos químicos, ordenadores, electrónica de consumo, maquinaria pesada, petróleo y acero, supera los niveles previos a la pandemia. La industria está experimentando un cambio generacional de líneas de montaje automáticas a "fábricas inteligentes", gracias a la robótica, el Internet de las cosas (IoT), la analítica de datos, la realidad aumentada (RA) y otras tecnologías de vanguardia.
Esta tendencia, comúnmente conocida como Industria 4.0, supone la siguiente etapa de la digitalización de la fabricación, impulsada por los avances en automatización y conectividad. Por ejemplo, un fabricante que adopte los principios de la Industria 4.0 podría recurrir a drones para entregar piezas y simplificar las inspecciones de la línea de ensamblaje. Asimismo, los técnicos pueden usar cascos de realidad aumentada durante el mantenimiento de las máquinas de producción para solicitar instrucciones o esquemas.
Las tendencias de fabricación industrial en 2023 y en los años siguientes estarán fuertemente influidas por los avances tecnológicos y las iniciativas gubernamentales, incluida la ley estadounidense de ciencia e incentivos para la producción de semiconductores (CHIPS and Science Act), que reserva 50 mil millones de dólares para la industria de semiconductores nacionales, y la ley de inversión en infraestructura y empleo (Infrastructure Investment and Jobs Act), que incluye una dotación de 1200 millones de dólares para transporte e infraestructuras. Otras tendencias significativas incluyen las respuestas de la industria a la escasez de mano de obra cualificada y a las interrupciones de la cadena de suministro, intensificadas durante la pandemia, y unos compromisos cada vez mayores con la sostenibilidad. Los fabricantes más innovadores están invirtiendo en iniciativas de "fábrica inteligente", incorporando funcionalidades avanzadas de análisis de datos para ajustar la planificación, acelerar los ciclos de diseño y mejorar la visibilidad de la cadena de suministro y los procesos de fabricación.
La creencia popular es que los fabricantes industriales que aumentaron sus inversiones en tecnología durante la pandemia resistieron mejor a la recesión y resurgen en condiciones más adecuadas que aquellas que optaron por contraer su gasto en tecnología. Según una encuesta de perspectivas realizada por Deloitte en 2023, los principales fabricantes están invirtiendo en estas tres áreas tecnológicas principales: robótica y automatización, para acelerar la fabricación, reducir los costes y aliviar la escasez de mano de obra (citada por el 62 % de los encuestados); análisis de datos, para mejorar la previsión y detección de escasez de suministros antes de que afecte a la línea de fabricación (60 %); y el IoT, para recopilar y analizar datos de sensores ubicados en la fábrica e integrados en equipos industriales para mejorar la fabricación, el seguimiento de la cadena de suministro y el mantenimiento del producto (39 %). Las tecnologías de menor prioridad citadas en la encuesta fueron el blockchain (4 %) y la tecnología cuántica (5 %).
El Internet industrial de las cosas (IIoT) describe redes de objetos físicos (máquinas, dispositivos, automóviles, electrodomésticos y otros objetos) que incluyen sensores y software para recopilar datos y compartirlos con otros sistemas a través de Internet con el objetivo de realizar análisis que ayuden a informar medidas adicionales. Los fabricantes de automóviles, por ejemplo, utilizan el IIoT para supervisar los robots de fábrica e identificar problemas de mantenimiento antes de tener que interrumpir una línea de ensamblaje.
Los fabricantes industriales utilizan los datos de ubicación del IoT para realizar el seguimiento de los activos de sus cadenas de suministro. Asimismo, supervisan la temperatura, la humedad y las frecuencias de vibración de sus máquinas, alertando a los usuarios de posibles fallos o cargando correcciones de software directamente a esas máquinas. Dicha recopilación y análisis de datos ayudan a los fabricantes a perfeccionar los planes de los productos e identificar componentes propensos a errores. La tecnología 5G desempeñará una función crucial en el IIoT: John Deere y Ford ya utilizan las redes inalámbricas superrápidas y de baja latencia para conectar miles de sensores. Aunque alrededor del 10 % de los fabricantes habían implementado el IIoT antes de 2020, ese porcentaje se situará en torno al 50 % en 2025, según las estimaciones de Grand View Research.
Según una encuesta de octubre de 2021 realizada por IndustryWeek y Oracle, la brecha de competencias se está agrandando entre los fabricantes que invierten en funcionalidades digitales y procesos basados en datos (la llamada transformación digital) y los que no. Cuando se les pidió que ordenaran cuatro áreas en función de su importancia, los encuestados eligieron con mucha diferencia la transformación digital por delante de la tecnología inteligente, las prácticas sostenibles y el desarrollo de la fuerza laboral. Las principales áreas de interés para los fabricantes encuestados incluyeron la mejora de la eficiencia (identificada como una prioridad principal por el 55 % de los encuestados), el desarrollo de la producción y la innovación (53 %), la capacidad de respuesta a las demandas del mercado (42 %) y el fortalecimiento de las relaciones con los clientes (40%). La mitad de los encuestados afirmaron estar de acuerdo o muy de acuerdo en que trabajar en un entorno más virtual será un requisito que tendrán que abordar los fabricantes en el futuro.
Un ejemplo de la próxima ola de transformación digital de la industria es la microfábrica, una estructura de fabricación pequeña, modular, altamente automatizada y tecnológicamente avanzada que se puede establecer en lugares próximos a la base de clientes para reducir los costes de envío y almacenamiento y facilitar la creación de productos personalizados. Las microfábricas altamente automatizadas no podrían existir sin la adopción del IoT y la robótica. De hecho, la microfábrica del futuro puede incluso ser capaz de producir sus propias piezas. Otras iniciativas de transformación digital del sector incluyen la automatización de tareas rutinarias para mitigar el impacto de la escasez de mano de obra y la recopilación de datos de diferentes instalaciones, líneas de ensamblaje y proveedores para identificar de forma temprana posibles interrupciones.
Se prevé que la escasez de mano de obra a la que se enfrentan los fabricantes industriales estadounidenses no haga más que empeorar en los próximos años, por varias razones. Los trabajadores se jubilan más rápido y no se dispone de tiempo para buscar sus reemplazos; se van a otras industrias para buscar salarios más elevados y empleo más estable; y los empleadores tienen problemas para atraer especialistas, especialmente de generaciones más jóvenes, para mantener y administrar los robots, sensores y software de las fábricas de la Industria 4.0. McKinsey predice que, entre los fabricantes, la demanda de competencias tradicionales con mano de obra física y práctica disminuirá un 30 % en la próxima década, mientras que la de habilidades técnicas aumentará un 50 %. Sin embargo, los fabricantes todavía no pueden encontrar suficientes maquinistas, soldadores, trabajadores del metal, supervisores de producción y otros puestos clave de la industria.
La escasez de competencias de fabricación en los Estados Unidos podría acabar por dejar 2,1 millones de empleos sin cubrir en 2030 y costaría a la industria 1 billón de dólares solo en 2030, según un estudio de 2021 realizado por Deloitte y The Manufacturing Institute. Atraer y retener a los trabajadores es un asunto primordial, según el 83 % de los responsables de fabricación con sede en EE. UU. encuestados. El 45 % de los encuestados señaló que sus empleadores habían rechazado recientemente oportunidades de negocio debido a la falta de trabajadores.
Los fabricantes están abordando este desafío de múltiples maneras. En una encuesta realizada en 2022 por el organismo National Institute of Manufacturers, casi tres cuartas partes de los encuestados dijeron que planeaban aumentar los salarios un 3 % de media en 2022, que se suman a los aumentos de mayor cuantía concedidos en 2021 durante la pandemia. A medida que la digitalización gana terreno en el sector industrial, las empresas brindan programas de actualización de competencias a sus empleados y se esfuerzan por que estos comprendan cómo su trabajo contribuye al éxito global de la empresa. Además, los fabricantes también están desarrollando exhaustivos programas de reconocimiento del esfuerzo. Sin duda, estos esfuerzos pueden dar sus frutos. Una encuesta de 2020 realizada por The Manufacturing Institute’s Center for Manufacturing Research y la American Psychological Association puso de relieve que casi todos los encuestados que se sienten valorados por su empleador afirmaron estar muy motivados (97 %), satisfechos con su trabajo (97 %) y recomendarían su empresa a otros como un buen lugar de trabajo (96 %). Por el contrario, los profesionales que no se sienten valorados fueron mucho menos optimistas.
Entretanto, los fabricantes están modernizando sus instalaciones para mejorar el entorno de trabajo. Por ejemplo, están introduciendo como "trabajadores" a robots y drones para asumir tareas peligrosas y permiten el trabajo híbrido y remoto.
Décadas de deslocalización y subcontratación de mano de obra han dañado la reputación del sector industrial como fuente de empleos fiables y de calidad. Los fabricantes industriales pueden combatir esta percepción si demuestran sin ambages su apuesta por fomentar el desarrollo profesional y el firme compromiso de proporcionar empleos estables y bien remunerados. La creación de un entorno de aprendizaje continuo es uno de los pasos más importantes que los fabricantes pueden tomar para retener a su personal de próxima generación.
Un estudio de 2020 realizado por The Manufacturing Institute’s Center for Manufacturing Research y la American Psychological Association concluyó que los empleados jóvenes se sienten más atraídos por los empleadores que están dispuestos a invertir en su personal. Casi el 70 % de los empleados de fabricación menores de 25 años afirmó que se habían quedado con su empleador actual porque se les brindó la oportunidad de desarrollar sus competencias, y el 65 % lo hizo porque su empleador ofrece oportunidades de crecimiento profesional. Los empleadores deben tener en cuenta distintos programas de actualización de competencias, como los cursos en directo (tanto en línea como presenciales) y grabados en vídeo, y los que programas que hacen uso de la realidad aumentada/virtual.
The Institute for Advanced Composites Manufacturing Innovation (IACMI) ha iniciado un programa llamado America's Cutting Edge dirigido a formar a personas para el sector de las máquinas herramientas. The National Association of Manufacturers y The Manufacturing Institute tienen un programa llamado Creators Wanted para conectar a las personas con programas de formación, puestos vacantes y nuevas trayectorias profesionales. Diversas facultades y universidades de todo Estados Unidos, como Northeast Wisconsin Technical College y Northwestern University, cerca de Chicago, ofrecen programas de estudio de la Industria 4.0 que abordan temas como la ciberseguridad, el Internet industrial de las cosas o la robótica.
Los fabricantes deben esforzarse al máximo para encontrar candidatos junior para puestos de producción, así como personas técnicamente capacitadas que puedan trabajar en los sistemas cada vez más complejos de la fábrica moderna. Para hacer frente a este desafío, las empresas saben que deben atraer a más mujeres y personas de grupos étnicos insuficientemente representados.
Actualmente, las mujeres representan menos de un tercio del total de la fuerza de trabajo de fabricación, y la proporción de empleados negros, asiáticos y latinos es solo ligeramente mayor, con un 36 %, según datos de 2022 de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. En la actualidad existen dos iniciativas nacionales destinadas a impulsar la participación de estos grupos demográficos en la industria: una patrocinada por el Departamento de Defensa por valor de 6,2 mil millones de dólares para formar y actualizar las competencias de la fuerza laboral del futuro, y una campaña de la National Association of Manufacturers que brinda mentores a las mujeres y trata de cambiar las percepciones de la industria.
Según un informe de 2023 de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, las industrias de fabricación y materias primas fueron responsables del 23 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país. Aunque el sector ha progresado en los últimos años para reducir esas emisiones, todavía tiene un largo camino por recorrer. Los fabricantes deben evaluar toda su cadena de suministro y buscar oportunidades para reducir los residuos, aumentar la diversidad de proveedores y priorizar el uso de vehículos eléctricos y de bajo consumo de combustible en la fábrica y para la entrega de productos.
Un estudio de 2022 realizado por la consultora Climate Impact Partners señala que el 42 % de las empresas de la lista Fortune Global 500 han alcanzado un importante hito climático o se han comprometido a hacerlo para 2030. La neutralidad del carbono, por la cual las empresas se comprometen a eliminar la mayor cantidad de dióxido de carbono de la atmósfera que emiten, es un buen primer paso, aunque los expertos en cambio climático advierten que establecer objetivos en torno a las emisiones en toda la cadena de suministro es la única forma en que las empresas pueden cumplir con los objetivos de cero emisiones de carbono. Algunos fabricantes están invirtiendo en tecnologías de "edificios inteligentes", como sistemas de calefacción, refrigeración e iluminación controlados por sensores. Otros están buscando fuentes de energía renovables para sus instalaciones, y utilizan vehículos eléctricos en sus fábricas y para el transporte de materias primas (aprovechando los créditos fiscales concedidos por vehículos limpios). En una encuesta de McKinsey de 2021, el 22 % de los fabricantes encuestados afirmó haber creado valor con iniciativas de sostenibilidad en los últimos cinco años, y el 40 % espera generarlo en los próximos cinco años. Ese valor incluye ahorros de costes relacionados con la disminución del uso de energía y el incremento del compromiso de los clientes.
La Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. define la responsabilidad social corporativa (RSC) como una forma de autorregulación en la que una empresa trabaja para garantizar que sus actividades y prácticas tengan un impacto positivo en el medioambiente, los consumidores, los empleados y las comunidades. Los esfuerzos en este ámbito, que son asimismo aplicables a la cadena de suministro de las empresas industriales, generalmente aluden a dos áreas principales: sostenibilidad ambiental (incluido el reciclaje, la contención en el consumo de combustibles fósiles y la reducción de residuos) y progreso social (incluido el cierre de la brecha salarial de género, el compromiso con prácticas equitativas de contratación y promoción, el pago de un salario digno y la seguridad de los lugares de trabajo).
Las medida que toman los fabricantes en esas áreas no son buenas únicamente para el planeta y las personas que viven en él, sino que contribuyen a mejorar el beneficio de las empresas. El 84 % de las personas participantes en la encuesta realizada por la firma de investigación Lab42 en 2022 se muestran favorables a pagar más por los productos de una empresa que perciben socialmente responsable.
En 2023, ya no basta con que los fabricantes tengan visibilidad de las medidas de sus proveedores y clientes. Esa visibilidad debe extenderse a los proveedores y clientes de sus clientes. Para alcanzar el éxito, los fabricantes deberán invertir en funcionalidades de cadena de suministro digital que puedan proporcionar información más valiosa sobre las funciones de cada parte interesada a lo largo de la cadena y permitir que cada participante tome decisiones más certeras sobre el abastecimiento de materiales y la demanda de los clientes.
En respuesta a las persistentes interrupciones de la cadena de suministro de los últimos años, los fabricantes industriales se están replanteando dónde adquieren materias primas y construyen sus productos. A partir de la década de 1960, los fabricantes de todo el mundo comenzaron a adquirir sus materiales de países de menor coste y a trasladar sus operaciones allí. Pero están empezando a retroceder debido al aumento de los costes de la mano de obra de los países offshore, el aumento de los costes de envío, las fluctuaciones de los tipos de cambio y su deseo de cumplir con los objetivos de sostenibilidad medioambiental y social.
Una encuesta de 2021 realizada por el mercado de abastecimiento industrial Thomas reveló que el 83 % de los fabricantes con sede en América del Norte dijeron que era probable o muy probable que "renovaran" al menos una parte de sus operaciones, frente al 54 % del año anterior. Pero esta vuelta a la externalización en el país de la empresa es solo parte de un movimiento más amplio que están llevando a cabo los fabricantes para diversificar su base de proveedores, por ejemplo, incorporando proveedores de diferentes regiones. De hecho, en 2021 más de la mitad de los fabricantes buscaban proveedores alternativos o de respaldo, según una encuesta de la firma consultiva BDO. Sin embargo, los fabricantes deben sopesar los beneficios de la diversificación de proveedores teniendo en cuenta la complejidad y los costes adicionales de gestionar un número mayor de proveedores.
Una de las mayores oportunidades de mercado para los fabricantes es ofrecer alguna versión de sus productos como servicio, por los que cobran precios fijos o basados en el uso, a menudo como suscripción. Los fabricantes de automóviles, por ejemplo, han experimentado con los vehículos como servicio, ofreciendo a los clientes el uso de modelos recientes a cambio de una tarifa de inscripción inicial y una tarifa de suscripción mensual. A diferencia de los acuerdos de arrendamiento de automóviles convencionales, el fabricante de automóviles generalmente es responsable del registro, los impuestos, el seguro de conductor, la asistencia en carretera y el mantenimiento como parte del acuerdo, y los clientes pueden cambiar a un nuevo modelo de automóvil una o dos veces al mes, dependiendo del contrato de servicio. La informática en la nube es en sí misma un producto como servicio, mediante el cual los desarrolladores de software entregan aplicaciones, bases de datos e infraestructura a través de Internet como suscripción.
Entre los servicios de otros fabricantes se incluyen la instalación, la supervisión y el mantenimiento de productos. En otra versión del modelo, un fabricante de robots de soldadura podría ofrecer a los clientes un cierto número de soldaduras por un precio fijo en lugar de vender el robot en sí.
Entre las ventajas que el modelo de producto como servicio (también denominado XaaS o cualquier cosa como servicio) ofrece a los fabricantes se incluyen flujos de ingresos más regulares y predecibles y más oportunidades de ventas cruzadas y upselling. Otro beneficio es que los fabricantes pueden recopilar datos valiosos sobre el uso de los productos de sus clientes, que luego pueden aprovechar para desarrollar nuevos productos y oportunidades de ingresos.
La fábrica del futuro será altamente automatizada y eficiente. Los drones sobrevolarán las líneas de producción, proporcionando a los trabajadores datos sobre los niveles de existencias y las condiciones de la maquinaria. Se reducirán las inexactitudes y los errores humanos. A medida que la inteligencia artificial (IA), el machine learning, el IoT y la robótica asumen una función más predominante en almacenes y fábricas, se hará menos hincapié en el trabajo físico y más en el analítico. Pero los fundamentos de la fábrica inteligente dependerán de una sólida base de back-office, con software financiero, de producción y de planificación que pueda manejar las grandes cantidades de datos que produce incluso la fábrica más pequeña.
Solo los fabricantes que entiendan qué tecnologías pueden ayudarles a simplificar los procesos, recopilar información precisa y en tiempo real de finanzas, producción y de otro tipo y reducir costes podrán cumplir la promesa de la fabricación inteligente, o Industria 4.0. Los fabricantes llevan años utilizando software empresarial como el de planificación de recursos empresariales (ERP), gestión de la cadena de suministro (SCM) y gestión del ciclo de vida de los productos (PLM), pero muchos siguen recurriendo a sistemas heredados que carecen de funciones clave, son difíciles de actualizar y están desconectados entre sí. A esta complejidad se suma la actividad de fusiones y adquisiciones, en la que los fabricantes heredan el conjunto de sistemas de ERP, SCM y PLM de las empresas adquiridas.
Una prioridad tecnológica especialmente importante para los fabricantes es modernizar y consolidar sus sistemas de ERP, en la mayoría de los casos trasladándolos a servicios en la nube para asegurarse de tener acceso a actualizaciones periódicas y a los últimos controles de seguridad. Las suites de ERP en la nube también permiten a las empresas escalar sus finanzas, fabricación y otras aplicaciones individuales a demanda, pagando solo por lo que necesitan. Y los conjuntos integrados de aplicaciones en la nube (ERP integrado con SCM integrado con PLM) brindan a los fabricantes visibilidad de todas esas funciones.
Un único sistema de fabricación puede generar un enorme volumen de datos. Por ejemplo, una plataforma marítima de petróleo y gas natural puede contener entre 350 000 y 500 000 sensores y generar de 1 a 2 terabytes de datos cada día, según una investigación de Cisco. Las petroleras utilizan los datos que recopilan y analizan para evitar derrames de petróleo e interrupciones no planificadas y para proteger a los trabajadores ante averías que pueden tener efectos catastróficos.
A medida que aumenta el flujo de datos, los fabricantes necesitan un software sofisticado para analizar y extraer información valiosa de esos datos. El 60 % de las empresas encuestadas por Deloitte identificaron el software de análisis como uno de los principales objetivos para 2023. Ello responde a su pretensión de mejorar las previsiones y detectar cualquier escasez potencial de componentes de productos y materias primas antes de que afecten a la línea de producción. Un informe elaborado por LNS Research en 2023 arroja que el 37 % de los fabricantes perciben los problemas de calidad de los datos como su principal prioridad analítica.
Otra tecnología de toma de decisiones importante para los fabricantes son los "gemelos digitales", representaciones digitales de las instalaciones, los procesos y los productos de fabricación. Los fabricantes utilizan gemelos digitales para simular cómo afectan las fluctuaciones de la oferta y la demanda a la producción de la línea de montaje, las dimensiones de un nuevo producto o incluso una pieza de equipo de fabricación que se utilizará en la planta de la fábrica, lo que ayuda a los líderes empresariales a tomar decisiones bien fundamentadas en materia de producción y a evaluar la calidad del producto final antes de invertir en activos físicos.
La automatización —sus beneficios incluyen la reducción de los costes de mano de obra, la mejora de la seguridad en el lugar de trabajo y el aumento de la productividad— no es un fenómeno nuevo en el sector industrial. Pero las tasas de adopción de robots, cobots (robots diseñados para trabajar junto a personas), drones y vehículos autónomos están aumentando. Los pedidos de robots para el lugar de trabajo en América del Norte aumentaron un 25 % en el segundo trimestre de 2022 frente al año anterior, según el grupo comercial de robótica Association for Advancing Automation. Y aunque a principios de 2023 se produjo una caída en los pedidos, se espera que el mercado global de robots industriales se expanda a una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) del 10,5 % entre 2023 y 2030, según Grand View Research. El tamaño del mercado global de cobots, valorado en 475 millones de dólares en 2020, se incrementó hasta los 600 millones en 2021 y alcanzará los 8 mil millones en 2030, según ABI Research.
El sector que está más a la vanguardia en el ámbito de la automatización es la producción agrícola y alimentaria. Un informe elaborado por la firma de análisis de mercado IMARC predice que el tamaño del mercado global de la robótica agrícola experimentará un aumento desde los 7,6 mil millones de dólares registrados en 2022 hasta los 21,1 mil millones en 2028, lo cual representa una TCAC de 18,4 % durante ese periodo, y se espera que los robots acaben por manejar todo el proceso de cultivo, desde la siembra hasta el desbroce y la cosecha. En el sector industrial, a grandes rasgos, la tendencia está virando hacia fábricas "de luces apagadas" (o lights-out), donde la intervención humana es tan mínima que la fábrica, o más comúnmente, una célula de fabricación o un subconjunto de un sistema de fábrica, puede operar en la oscuridad.
Las empresas de fabricación han tenido que capear el temporal durante los últimos años, lidiando con grandes desafíos relativos a la globalización y su gestión de la cadena de suministro, las finanzas, el personal y los proyectos. Los fabricantes más expertos recurren a las aplicaciones en la nube conectadas y a las tecnologías de última generación de la Industria 4.0 para sus plantas, almacenes y tareas administrativas.
Oracle Cloud for Industrial Manufacturing incluye aplicaciones integradas para la planificación de recursos empresariales, la fabricación y la gestión del rendimiento, la cadena de suministro, el ciclo de vida de los productos y el capital humano. Todas estas áreas están preparadas para someterse a una transformación digital todavía más profunda. Por ejemplo, los fabricantes que implementan aplicaciones SCM basadas en la nube pueden supervisar y responder rápidamente a las interrupciones de la cadena de suministro, y la HCM basada en la nube permite que automaticen las partes cotidianas de los procesos de selección e incorporación para centrarse en actividades de compromiso y desarrollo profesional de mayor valor. Los fabricantes pueden idear nuevos modelos de ventas, por ejemplo, ofreciendo su producto "como servicio" para que los clientes eviten determinadas cargas de responsabilidad. Lo más importante es que, dado que las aplicaciones están en la nube, los fabricantes pueden desplegarlas a su propio ritmo y agregar nuevas funciones, como software de seguimiento, herramientas de gestión avanzada de existencia y logística, según proceda.
¿Qué sectores industriales están creciendo?
Entre 2023 y 2028, los segmentos de fabricación industrial de Estados Unidos que crecerán más rápido en términos de ingresos serán los equipos de energía solar (tasa de crecimiento anual compuesta del 25,5 %), las impresoras 3D (24,1 %), los drones (24,1 %) y los vehículos híbridos y eléctricos (22 %), según un pronóstico de la firma de investigación IBISWorld.
¿Qué previsiones de crecimiento presenta el sector industrial?
Según una investigación de Interact Analysis, la producción total del sector industrial mundial creció un 3,6 % en 2022, pero es probable que la agitación económica actual limite la producción industrial ya en 2024. Asia es la parte positiva de las previsiones de la firma, que muestran un crecimiento moderado en China debido a la reducción de las medidas de confinamiento de la COVID, especialmente en los sectores de productos farmacéuticos y químicos.
¿Cuáles son los cuatro tipos de procesos de fabricación?
Los cuatro tipos principales de procesos de fabricación son el corte y la formación, en el que un artículo se corta en varias piezas, como tela o papel, o se dobla en una forma específica; unión, en la que dos artículos se conectan, habitualmente mediante soldadura; fundición y moldeo, en el que una sustancia como el plástico o el vidrio se funde y se vierte en un molde; y el mecanizado, en el que una herramienta corta, forma o elimina material de un objeto, por ejemplo, perforando un agujero o grabando hilos en una clavija de metal para producir un tornillo.
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